miércoles, 17 de abril de 2013

LLuvia

Amar a Gelman. Amar la fuerza con que muestra la herida y también la cicatriz, su necedad de decir lo que a veces no suele decirse, su fe que me provoca  persistencia.

Amar a Gelman...

Por eso no puede faltar aquí su poesía. La poesía que es su verdadera casa, su antigeográfico país.

Va este poema de lluvia porque a pesar de la sequía, de alguna manera siempre nos llueve adentro.


LLUVIA

Hoy llueve mucho, mucho,
y pareciera que están lavando el mundo
mi vecino de al lado mira la lluvia
y piensa escribir una carta de amor
una carta a la mujer que vive con él
y le cocina y le lava la ropa y hace el amor con él
y se parece a su sombra
mi vecino nunca le dice palabras de amor a la
mujer
entra a la casa por la ventana y no por la puerta
por una puerta se entra a muchos sitios
al trabajo, al cuartel, a la cárcel,
a todos los edificios del mundo/ pero no al mundo/
ni a una mujer/ni al alma
es decir/a ese cajón o nave o lluvia que llamamos así
como hoy/que llueve mucho
y me cuesta escribir la palabra amor
porque el amor es una cosa y la palabra amor es otra cosa
y sólo el alma sabe dónde las dos se encuentran
y cuándo/y cómo
pero el alma qué puede explicar
por eso mi vecino tiene tormentas en la boca
palabras que naufragan
palabras que no saben que hay sol porque nacen y
mueren la misma noche en que amó
y dejan cartas en el pensamiento que él nunca
escribirá
como el silencio que hay entre dos rosas
o como yo / que escribo palabras para volver
a mi vecino que mira la lluvia
a la lluvia
a mi corazón desterrado
                                                                      Juan Gelman

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