martes, 7 de abril de 2020

De perfumes y de música de alas


Tengo fascinación por los nocturnos y las lunas esplendorosas como la de hoy que no puedo fotografiar, así que decidí hacer algo para atraparla y hacerla un poco mía y colgarla en este mi blog.

Del insomnio de los últimos días rescato, o me rescatan, los Nocturnos de Chopin, aquí  va de fondo el N° 10 que me llevó entre perfumes y música de alas  al tristísimo Nocturno 3 del Colombiano José Asunción Silva.

Prometo más.



NOCTURNO III
(José Asunción Silva)
Una noche
Una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de música de alas,
Una noche
En que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas,
A mi lado, lentamente, contra mí ceñida toda,
Muda y pálida
Como si un presentimiento de amarguras infinitas
Hasta el más secreto fondo de tus fibras se agitara,
Por la senda que atraviesa la llanura florecida
Caminabas,
Y la luna llena 
Por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca.
Y tu sombra
Fina y lánguida,
Y mi sombra
Por los rayos de la luna proyectadas
Sobre las arenas tristes
De la senda se juntaban
Y eran una
Y eran una
Y eran una sola sombra larga!
Y eran una sola sombra larga!
Y eran una sola sombra larga!
Esta noche
Solo, el alma
Llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte,
Separado de ti misma por la sombra, por el tiempo y la distancia,
Por el infinito negro
Donde nuestra voz no alcanza,
Solo y mudo
Por la senda caminaba.
Y se oían los ladridos de los perros a la luna,
A la luna pálida,
Y el chillido
De las ranas 
Sentí frío. Era el frío que tenían en tu alcoba
Tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas
Entre las blancuras níveas
De las mortuorias sábanas.
Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte,
Era el frío de la nada.
Y mi sombra
Por los rayos de la luna proyectada
Iba sola
Iba sola
Iba sola por la estepa solitaria.
Y tu sombra esbelta y ágil;
Fina y lánguida
Como en esa noche tibia de la muerta primavera,
Como en esa noche llena de perfumes, de murmullos y de música de alas,
Se acercó y marchó con ella,
Se acercó y marchó con ella,
Se acercó y marchó con ella… ¡Oh las sombras enlazadas!
¡Oh las sombras que se juntan y se buscan en las noches de negruras y de lágrimas!…

miércoles, 1 de abril de 2020

Y cada tarde


Y cada tarde
en que hacías fiesta con las manos
que seguían nerviosas
la ruta de los rizos
mientras tu lengua desnudaba el tiempo
acurrucada bajo mi piel

Y cada tarde
mientras tu explorabas secretos
yo preparaba un refugio 
fértil
húmedo
para que moraras sereno 
entre mi sexo y mi corazón




Me desordeno, amor, me desordeno
                                                               Carilda Oliver Labra
Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada,
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.


Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada
me desordeno, amor, me desordeno.



Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;



y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.