jueves, 23 de agosto de 2018

Amigo, poeta en el mar

Mi mejor amigo cumple años y está lejos. Hemos estado lejos muchas veces pero también juntos.
La vida, que compartirnos cuando ella era un bosque de sorpresas, miedos, deseos y expectativas, se nos hizo más accesible al caminarla juntos, haciéndonos uno al otro, haciéndonos a cada uno muy distintos pero con huellas en nuestros cuerpos como las marcas que a las piedras les va dejando el mar. 
Con el tiempo, esa misma vida nos arrojó a otros caminos, a otras trincheras, a nuevas formas de descubrirla, enfrentarla y enamorarla. 
Vinieron variaciones sobre cómo escribirnos y descubrirnos, despedirnos y abrazarnos, una y otra vez hasta que hicimos a la poesía parte de ese nosotros.
Mi mejor amigo cumple años y yo brindo. 
Leo y abrazo poesía porque su vida se ha convertido en mi propia fiesta:


Retornos del amor recién aparecido
Rafael Alberti

Cuando tú apareciste,
penaba yo en la entraña más profunda
de una cueva sin aire y sin salida.
Braceaba en lo oscuro, agonizando,
oyendo un estertor que aleteaba
como el latir de un ave imperceptible.
Sobre mí derramaste tus cabellos
y ascendí al sol y vi que eran la aurora
cubriendo un alto mar en primavera.
Fue como si llegara al más hermoso
puerto del mediodía. Se anegaban
en ti los más lucidos paisajes:
claros, agudos montes coronados
de nieve rosa, fuentes escondidas
en el rizado umbroso de los bosques.

Yo aprendí a descansar sobre tus hombros
y a descender por ríos y laderas,
a entrelazarme en las tendidas ramas
y a hacer del sueño mi más dulce muerte.
Arcos me abriste y mis floridos años
recién subidos a la luz, yacieron
bajo el amor de tu apretada sombra,
sacando el corazón al viento libre
y ajustándolo al verde son del tuyo.
Ya iba a dormir, ya a despertar sabiendo
que no penaba en una cueva oscura,
braceando sin aire y sin salida.

Porque habías al fin aparecido.

lunes, 21 de mayo de 2018

Cae la tarde

Cae la tarde

Despegan los aviones
con la tristeza adentro
Vuelan
más lejos que mi pensamiento
y lo que siento

La vida es un regalo que no estamos obligados a aceptar
pero no se incluye en ningún lado la pregunta

Diríamos que no

Sólo nacemos

Nos lanzan al canal
apretujados
con el dolor de los mordiscos
que no se sabe de dónde vienen

Lloramos
Lloramos

Los que celebran la vida
los que imponen el ruido
y hacen fiesta
nunca fuimos nosotros

Lloramos

Falta todo y sobra luz
queda tiempo
pero no sabemos para qué

Más adelante nos encontraremos
con dolores parecidos
nos saludaremos
nos inventaremos nombres
y rituales de cortesía
nos tocaremos las marcas
y le llamamos a ese acto
caricias

Reíremos de llorar

Haremos fiesta junto al dolor
del que empieza a vivir
Nos embriagaremos para no sentir

Hasta que un día
regresaremos al principio
de la pregunta inconclusa
que nos llevará a casa
hacia aquella oscuridad
tan conocida

Mientras cae la tarde


martes, 8 de mayo de 2018

¿De dónde surge la esperanza?


Max me ha dado a leer la nueva plaquette de Marjha Paulino, Adopté un sol en la tierra, de la editorial El principio del caos, y me ha pedido con todo y mi inexperiencia, que la comente. Cedo. La comento desde lo que suelo escribir en mi Blog: impresiones personales sobre mi encuentro con la poesía, con el mundo de la poesía. Desde ahí comparto:

Leer a Marjha me ha llevado a la pregunta ¿De dónde surge la esperanza? ¿Vendrá del otro, del sol que nos inventamos cada uno o surge de nosotros mismos? Recordé al final de mi pregunta la frase de Emil Cioran, que se encuentra en el muro de mi mejor amigo: "El poeta es inapto para salvarse. Para él todo es posible, salvo su vida..." esa frase siempre me ha movido porque me parece intensa y contundente porque quizá sea así pero a la vez, creo que toda escritura del poeta, lo salva: de la desesperación, de la vida, de los demás, de sí mismo. Los que escribimos, escribimos porque sabemos que de otra forma no podríamos respirar.

No soy poeta, ni experta en poesía (aclaro), pero amo la poesía y desde ahí escribo. También escribo de lo que la poesía me hace pensar y sentir. Pienso que escribir se convierte en un acto de valentía, algo subversivo donde el poeta intenta entre las palabras su último acto de fe antes de saltar por el agujero negro. La poesía es quizá el acto más humano y menos animal que pueda existir. Cuando Javier Sicilia perdió a su hijo, pensó en dejar de escribir. José Ruvalcaba pidió poesía para el poeta: pidió vida ante la desesperanza y ante el dolor del poeta roto. Muchos poetas lo escucharon.  Juan Gelman, por ejemplo, acudió con su poesía y su voz, y desde la compañía de un dolor,  viejo y conocido, escribió: “Javier, el poeta que abandona la Poesía/ será castigado por Ella: /Volverá”. Y coincido en esto con Gelman, porque la poesía es lo último que abandona al poeta, aunque el poeta sienta que la poesía se va y lo deja vacío, como el sol, que deja a su adoptante con la sensación de no poderse recuperar con su ausencia, pero ella sabe que se recuperará en la poesía, el sol de los poetas, cuando escribe:
“y al final recuerdo
que mañana llegará
otro sol
a iluminar mi rostro
y yo
a su mundo”

Así, Marjha nos regala la historia de cómo se descubre mujer en el encuentro con Otro, el sol, a través de quien se conoce y transita de diosa a terrenal, porque con él y a través de él sucumbe y sobrevive.

Marjha en su poesía es Hera en pleno siglo XXI, quien es deslumbrada por el padre de los dioses y de los hombres: Zeus, el sol. El sol, astro centro de todo el Universo (un universo con mayúscula, porque se trata del universo de cada uno de nosotros, aquel al que nos enfrentamos desde nuestras soledades). El sol padre que brilla, que hace cálido el ambiente en la distancia precisa, que fecunda la tierra y orienta a  los animales y a las plantas. Es el sol que marca nuestra vigilia y que procura nuestro sueño porque ¿Quién duerme cuando tiene frío? Siempre necesitamos un poco de ese sol para soñar.

Marhja, joven curiosa e inexperta, ve al sol de frente, sin miedo a que la ciegue. Pretende hacerlo suyo, adoptarlo con la esperanza de esparcir vida, de atraerlo y que la sorprenda, que le permita intensamente vivir. Marjha dice:
“Adopté un sol en la tierra
para nunca más pasar frío
en este mundo”

Quiere atraer al Sol, demostrarle que aún permanece la bondad de lo humano, darle una razón para proteger la tierra y amarla (a ella, más que a la tierra misma) un sol que se alimentará de la literatura:

“Oculto tras los libros
Un sol se alimenta
de las palabras de poetas
que le hicieron odas en otro tiempo”
“Se exilió de los cielos
para aprender nuestro idioma,
para parecer humano
y comprobar la existencia
del amor grande,
para sentir
con sus manos de viejo dios
las bondades de la tierra”

Un sol que llega suave, tierno, que seduce con sumo cuidado, que despierta sensaciones hasta ahora desconocidas y agradables a las que no habría que temer, despierta con su roce a Marjha, la mujer a la que su madre escondía de la niña, precisamente para protegerla de él:

“Cuando era pequeña
mi madre me cubría del Sol
para que no me pusiera más morena,
decía ella.
Mi madre no sabe que ahora
me envuelvo en tus rayos.
Mi madre no sabe que ahora
me entretengo
con el más leve roce de tu calor.
Mi madre no sabe que caes
sobre los cerros,
caes sobre el río Papaloapan
caes sobre mi mar,

caes.

Una y otra vez
caes
sobre el frío de mi cuerpo”

Y Marhja cede y se extasía entre los rayos que la alcanzan, cede a jugar con fuego y no quemarse o a quemarse sin sentir dolor, porque más duelen el frío y la ausencia:

“Puse cerillos en mis labios
y los encendí,
experimenté el fuego
de tu boca en la mía.
Me consumí toda
y poco a poco
se expandieron las llamas
a mis entrañas.
Mi lengua saboreó el picor
de la llama más traviesa
que jugueteaba en mi garganta.
Me volví fuego
y pude comprobar por lo menos
ser un tercio de lo que eres,
pero me apagué,
volví a ser esto que no quiero.
Volví a ser carne desnuda sin valor,
huesos con piel sin esencia.
Quisiera tan sólo ser,
por un momento,
otro Sol en este mundo.”

Pero el sol, no puede ser adoptado para que le pertenezca a alguien, todos le pertenecemos a él, no podemos ofrecerle un paraíso permanente que no existe. El sol descansa cuando llega la luna pero eso no significa que renuncia para darle espacio al mundo, a Marjha o a la misma luna. El sol sigue siendo el sol y los poetas siguen siendo terrenales:

“No ha podido ver bondad,
el Sol triste se da cuenta
que no hay en esta tierra
Más que soledad, guerra y abandono.
Soledad
Guerra
Abandono”

Al final del poema pienso que entonces no es del sol, sino de la poesía, de donde no ha de surgir para cada uno de nosotros, los que escribimos, la esperanza.

Gracias Max por empujarme a este abismo. Gracias Marjha, por tu poesía, la pregunta y la esperanza.

domingo, 18 de febrero de 2018

Sobre la inocencia

Aprendí contigo que la inocencia
es un castillo frágil deshabitado 
sin resistencia para olvidar
que pueden surgir flores
de la humedad de las palabras
y del aroma a sexo tierno y cálido
de sueño adolescente
que se pasea tímidamente por el aire
como efecto invernadero para germinar arcoíris

Aprendí contigo que la inocencia
puede escaparse  dos / tres / hasta mil veces
y reír juntos por lo perdido antes de la paz
que las sirenas no cantan para atraer marinos
que levantan sus voces mientras se peinan 
a nuestro ritmo
y en nuestras olas llenas de espuma preñan el mar
que las arenas del Sahara fecundan el amazonas
surten de oro nuevo a Belo horizonte 
sin que lo quiera ningún extranjero arrebatar

Aprendí contigo que la inocencia es un jardín sin nombre
un mito ajeno que destruímos
una pared antigua frente a nosotros
que nos descubrió ansiosos por derrumbar.
               
                                                Alicia Salum

martes, 30 de enero de 2018

Cabañuelas

Se me ha ido enero
y las cabañuelas
mi posibilidad de predecirte

Me deja la boca seca
se me ha adherido en la garganta
un crater de luna  y un remolino de viento
no se percibe cuándo llegará la primavera

Los pies duelen caminan aún heridos
por seguir tus huellas pisé  piedras 
hojas secas / flores 
y en la blanca árena algunos fósiles del mar
Pero con todo y que las cabañuelas predicen que en  febrero habrá muy poco sol
la luz siempre me parece menos rápida que mis sueños