-"Tiene que calmarse"- le dijo el médico sin mirarla a los
ojos -"¿cómo se siente ahora, con las nuevas pastillas?"
-"mal" - dijo ella conteniendo sus lágrimas -
"Sigo con ganas de no ser, de nunca más saber"
-"Tendré que internarla entonces"- le anuncio él,
serena pero firmemente, mientras cerraba su libreta,
ponía en "off" la grabadora y hacía por teléfono una llamada.
No había más, ella sabía que tarde o temprano
pasaría, que los locos se reconocen locos desde el primer llanto,
aquel que su madre angustiada, nunca pudo interpretar.
Cómo no reconocerse en los ojos de su hermano, el drogadicto amoroso que
compraba, más que polvo, castillos de cristal.
Cómo no saberlo también aquella tarde de domingo
que, como en un juego de niños que disfrazan frustración,
su padre jaló el gatillo cayendo frente ella...
Cómo no esperarlo junto con el Alzheimer acechando a
la familia , cómo no sentirse loca, sin razón. Cómo no quedarse sola
como cualquier loco, si solo los locos entienden lo que son.
Cuando llegaron por ella, no opuso resistencia, se dejó llevar así, pacífica,
retraída en sus sueños de sal, amarrada a los recuerdos y los poemas
de Gelman que tanto le gustaban. Llevaba la cara limpia pero la cabeza repleta
de enredos y esperanza.
Límites
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed,
hasta aquí el agua?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire,
hasta aquí el fuego?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor,
hasta aquí el odio?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre,
hasta aquí no?
Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
Sangran.
Juan Gelman
El juego en que andamosSi me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.
Juan Gelman
No hay comentarios:
Publicar un comentario