lunes, 20 de junio de 2011

Los ciclistas


"Bicicleta con Flores" Maritza Bernal 2009

En León es ya casi la hora de que llueva, pero ya no llueve. Es la misma hora en que los ciclistas retoman su camino a casa despidiéndose del sol.

Cuando llegué,  León ya era la ciudad de ciclistas que es ahora. Era muy raro para mi, que venía de lejos, ver tanta gente en bicicleta pasando junto a los carros y atravesando las principales avenidas de una manera tan campante. Me divertía al escuchar "serás de hule...." o "comes ligas..." de alguno que otro motorista que tenía la mala suerte de encontrárselos cerca, pero luego me angustiaba al recordar que es muy común encontrarlos atropellados con las bicicletas simulando acordeones de papel y ellos lejos, aventados en el asfalto, llorando quizás la pérdida de su único medio de transporte si es que no llorando por la novia o el bebé que venía con él.

León cuenta en la actualidad con más de 80,000 ciclistas y 63 Kms. de ciclovías que los resguardan de la selva del tráfico Leonés. La mayor parte de los amantes del ecológico transporte que no nació por ecológico sino por económico, son obreros de la industría del calzado y sus afínes (curtiduría, cartonería, pespuntería y química) muchos incluso ahorran parte de su salario de cada semana para obtener una nueva bicicleta que los ayude a trabajar o visitar a la novia y los amigos y recorrer quizá hasta 20 Kilometros diarios, siempre y cuando no los atropellen o se las roben, por que sino, sino pasó a mayores, habrá que comprar otra.

Cada mañana cuando salgo, me encuentro a los ciclistas, los veo desde lejos, montados en las ciclovías. Es lindo imaginar que ya corren menos peligro y que hasta me es posible identificar a uno que otro que se me atraviesa en la ruta, podría decir que hasta me alegra verlos, son parte de la ciudad, de la identidad del Leonés y quizá es eso lo que me llevó a escribir hoy y reconocer en los ciclistas, un ejercito antigüo, un principio cultural de esta tierra que me adopta cada día, que no es mía pero en ella vivo y es de los míos y de los ciclistas y tan solo por ellos es digna de dedicarle una poesía:



Anda ciclista,  te espera la jornada
Anda, ciclista, en la canasta tus sueños
Sorpresas la calle te depara.





CICLISTA

A contramano y joven,
el ciclista baja a fondo
la calle que va a la madrugada.
Manos sumidas en infantiles migas,
garganta solapada a la afilada sombra,
sólo su alma, alto en el sueño
pedalea inmóvil, de medio cuerpo olvido,
cadenciosas las piernas,
esbelto de silueta y fácil de designio.
La máquina de gracia marcha sola,
manubrio libre helado de rocío,
tenue animal diáfano y leal
que su jinete sueña
y alimenta apenas
de un delgado equilibrio
imantado a la víspera del este,
ciego y certero bicornio amaneciente,
gamo fino del alma.
Quién tuviera así las ruedas fieles
para encontrar, soñándolo en el filo,él sino.
                                   César Mermet http://cesarmermet.blogspot.com/

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