Me quedo con su mirada
tan triste dicen
como la de los bueyes
con su risa burlona
que embriaga los sentidos
y endulza la garganta
me quedo con su voz
alegría rompevientos
con su silencio
promesa de aguacero
que llega con la noche
me quedo con la impronunciable caricia
tan cruel como el último beso
y tan honesta para dejarme ir
pero me quedo como el sediento
que encuentra vida
en una sola gota
y que al beberla la imagina
no sólo hermosa
si no poema